Un pedacito de la sabiduría de Toni Guiral que da que pensar sobre la situación de la industria del cómic española hoy en día:
“Tebeo” era el pasado, “cómic” el hoy y el futuro, y había que romper con el pretérito para entrar en la modernidad, costase lo que costase. A partir de 1977, pues, es “cómic” lo que identifica a la renovada historieta —término este infravalorado también por entonces—, considerada como un medio de comunicación maduro para lectores instruidos y adultos; o al menos eso es lo que creímos entonces. Pero la semántica, en este caso, provocó una confusión de la que todavía no hemos salido; en aquel momento lectores, profesionales y aficionados creímos en una división que facilitó olvidos y malas interpretaciones, olvidándonos que todas las viñetas pertenecen al mismo universo y que la separación entre infantil-juvenil-adulto —o pasado-presente— no es una escala de valores y calidades, sino de intenciones y contenidos.
GUIRAL, A. “1970-1995: un reloj atrasado y otro tren perdido” en Arbor. Vol. 187 (2011), núm. Extraordinario septiembre 2011, p.194
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